Películas protectoras de láminas de aluminio. debe almacenarse en un ambiente donde los niveles de temperatura y humedad estén cuidadosamente controlados. El exceso de humedad en el aire puede tener un efecto perjudicial sobre el adhesivo, haciendo que se debilite o se vuelva pegajoso, lo que puede provocar una mala unión durante la aplicación. La alta humedad también puede introducir humedad entre la película y la superficie del aluminio, lo que podría provocar problemas de adhesión o incluso corrosión del propio aluminio. Del mismo modo, las temperaturas extremas pueden degradar el material de la película. Las altas temperaturas pueden hacer que la película se ablande, lo que da como resultado una superficie pegajosa o pegajosa que es difícil de manejar, mientras que las bajas temperaturas pueden hacer que la película se vuelva quebradiza y propensa a agrietarse. Es importante almacenar estas películas en un lugar con temperaturas moderadas y constantes y baja humedad, idealmente entre 15 °C y 25 °C (59 °F a 77 °F). Si su entorno de almacenamiento fluctúa en temperatura o está sujeto a altos niveles de humedad, considere usar aire acondicionado o sistemas de deshumidificación para mantener un ambiente óptimo para las películas.
Las películas no deben exponerse a la luz solar directa ni a la radiación ultravioleta (UV), ya que la exposición prolongada a los rayos UV puede hacer que la película se degrade tanto visual como funcionalmente. Los rayos UV rompen los enlaces químicos de la capa adhesiva, lo que puede provocar un debilitamiento o pérdida del poder adhesivo de la película. Con el tiempo, la exposición a los rayos UV puede hacer que la película se decolore, amarillee o se vuelva opaca, lo que puede afectar su calidad estética o su eficacia cuando se aplica a la lámina de aluminio. Para proteger las películas del daño de los rayos UV, guárdelas en un área que no reciba luz solar directa, como una habitación interior o un gabinete de almacenamiento cerrado. Si esto no es posible, considere usar envases opacos o resistentes a los rayos UV para mayor protección.
Conservar las películas protectoras en su embalaje original es fundamental para mantener su integridad. El embalaje suele estar diseñado para proteger la película de contaminantes físicos, como suciedad, polvo o aceite, que podrían interferir con la superficie adhesiva. La exposición a partículas en el aire puede dar como resultado una capa adhesiva desigual o contaminada, lo que hace que la película sea menos efectiva cuando se aplica. El embalaje original ayuda a prevenir daños accidentales causados por perforaciones, arrugas o rayones que podrían inutilizar la película. El embalaje también ayuda a mantener la forma estructural de la película, evitando que se doble, doble o deforme. Si el embalaje original no está disponible o está dañado, considere utilizar una cubierta protectora equivalente, como láminas de plástico, para mantener las películas limpias y seguras.
Las películas protectoras de láminas de aluminio deben almacenarse en posición horizontal para garantizar que su superficie permanezca lisa y libre de deformaciones. Almacenarlos en posición vertical o enrollada puede provocar arrugas o dobleces permanentes que afecten su rendimiento. Cualquier deformación física de la película, como doblarla o curvarla, puede causar problemas durante el proceso de aplicación, lo que podría provocar arrugas, burbujas de aire o desalineación. Cuando se almacenan planas, las películas conservan su superficie lisa original, lo que garantiza que sean fáciles de aplicar sin dificultades ni imperfecciones. Para evitar aún más que se doblen, almacene las películas en superficies grandes y planas, como estantes o paletas. Si las películas se almacenan en cajas o rollos, asegúrese de que el embalaje esté diseñado para evitar cualquier presión o fuerza de flexión que pueda deformar las películas.